28 abril 2009

Diálogo entre creadores



- ¿Tú crees que es imposible crear sin dolor?
- No. Creo que es imposible crecer sin dolor
- ¿Y no es lo mismo?
- No. Se puede crecer sin crear, pero no se puede crear sin crecer
- Sin embargo, se dice que el dolor es la matriz o el útero de la creatividad...
- Puede que sólo la oscuridad tenga el poder para hacer que un hombre abra su corazón al mundo, pero no es la única fuente de la que se nutre. Artísticamente, el dolor te nace, pero no te hace
- Así que, en este mismo instante, tú y yo estamos aquí, de entre todos los lugares del mundo, porque hace tiempo nos marcaron de forma irreversible
- Sí
- Porque fuimos un poco o un mucho menos felices y sobrevivimos
- Exacto
- Entonces, toda herida tiene su lado positivo
- Desde luego
- ¿Si volvieras a nacer, pagarías el precio del talento?
- ¿Qué quieres decir?
- Si pudieras elegir entre una juventud “anodina” pero feliz y otra "potencialmente creadora" pero marcada, ¿cual escogerías?
- ...

22 abril 2009

Desvocación Vs vocación



Desvocación

Cuchillos de menta sobre la alfombra
desfiles de almohadas
El reloj está roto por los bordes
le asoma el centeno entre los dientes y
aúlla como una bala de plata

Tiene espesura de hiedra
y el candor de espuma de
los que no lo intentan

Escondámonos bajo la lluvia
para desoir de nuevo
No siempre el cóndor pasa...


Vocación

La luna cubre mi pecho
latidos de arcilla,
manchas de mercurio en las retinas

La rotundidad del árbol
cae sobre las raíces
sin saber cuál llego primero

Un bucle fílmico
hace sangrar los ojos
Tiempos muertos
acunan las cámaras

El único futuro que alimenta
cabe en un tarro de cristal

El único futuro que alienta
sufre en un tarro de cristal...







Tanto Favio http://axelagadir.blogspot.com/ como Angie http://confinesignotos.blogspot.com/ me han hecho dos regalitos. El primero (además de colocar la petición de salvar el Ártico en su blog), me ha entregado este premio encuentril encantador (se que tenia que cambiarlo, pero es que es tan gatuno y tan yo...) y la segunda, el premio de qualitè más clásico de estos lares. ¡Gracias miles a ambos!

Ahora me toca pasar el testigo, así que he decidido unir ambos premios. Los blogeros y los blogs que más me ha gustado encontrarme, alfabéticamente ordenados, son:

***AQUELARRE*** http://myplace26.blogspot.com/
(Con)fines ignotos http://confinesignotos.blogspot.com/
Diles que no estoy http://dilesquenoestoy.blogspot.com/
Druida de noche http://damian-evander.blogspot.com/
El huequito de hada nevada http://hadanevada.blogspot.com/
Inconstanteces http://mecopiodemihermano.blogspot.com/
La búsqueda del alma http://axelagadir.blogspot.com/
Mi diario discográfico http://midiariodiscografico.blogspot.com/
Restos de un naufragio http://susurroypienso.blogspot.com/
Zéro de conduite http://experimentandocongaseosa.blogspot.com/

No he incluido los motivos, porque tod@s ell@s saben por qué están aquí. Y, si no es así, “deberían” ;)
No hay reglas, haced con los premios lo que queráis. Congratulations!

17 abril 2009

Rupturas eneagramáticas: E5



Miedo básico: ser impotente, inútil, incapaz.
Deseo básico: ser capaz y competente.

*

Y metió su vida en cajas y se marchó del apartamento...

Horas después, también lo haría ella, cambiando las temperaturas estivales londinenses por el frío verano ártico del Mar de Chuckchi, Alaska.
Puede que las largas estancias en Suecia, junto con su abuela materna, tuvieran mucho que ver con su vocación. Desde niña, el frío siempre le había infundido una inusitada vitalidad, una reconfortante sensación eléctrica que no experimentaba con ninguna otra cosa. Era pues una consecuencia natural que, tarde o temprano, acabara sintiendo fascinación por el hielo.

Una semana antes de partir, Iris tomó una radical decisión: debía romper con su novio. A pesar de que él estaba más que dispuesto a esperarla durante aquellos seis meses, ella se aferraba al hecho incontestable de que la ruptura era lo más racional y sensato para ambos.
Su cerrado circulo de amigos sabía que no serviría de mucho contradecirla. Zigzagueando siempre en la sensibilidad y la frialdad más inconmovible, cuando Iris tomaba una decisión, su determinación era absoluta.

A pesar de sus dudas iniciales, se adaptó muy bien a la base. Se sentía en su elemento rodeada de un equipo tan brillante y competente. Su rutina se redujo a colocar sismógrafos sensores cerca de las superficies de los lagos estivales y en analizar el movimiento del hielo; pero por primera vez en su vida, tenía la absoluta certeza de que estaba haciendo lo que le correspondía y que, además, estaba haciéndolo bien.
En ocasiones, un fugaz sentimiento de culpa la agujereaba, y pensaba en Jim. Pero siempre conseguía aplacarlo. No sentía dolor, ni añoranza, ni angustia. Sin embargo, su centro vital no estaba congelado, sino que, mas bien, parecía haberse transformado en un voraz agujero negro que devoraba y anulaba todo lo que latía a su alrededor. Aquello la embrutecía. Se sentía como un habitante de Fantasía amenazado por la nada.

Una mañana de agosto vivió un acontecimiento espectacular sin precedentes. Los instrumentos captaron el súbito y completo drenaje de un lago que llegó a cubrir 5,6 kilómetros cuadrados. A una velocidad similar a la de las Cataratas del Niágara, como si le sacaran un tapón, el lago vació sus 40 mil millones de litros de agua en 90 minutos. 24 horas después, había desaparecido
Aquel gran indicio se merecía una documentación en vivo. Sin esperar a ninguno de sus compañeros, Iris partió sola en dirección al gran lago. Con la ayuda de su mapa, consiguió esquivar las zonas en las que las placas eran más débiles, hasta encontrar un ángulo perfecto. Pero cuando se disponía a preparar su cámara, un acontecimiento inesperado captó su atención. Al otro extremo del lago, un enorme bulto sobresalía poderosamente contra la plana superficie. El zoom de la cámara le confirmó lo que ya sospechaba: era un oso blanco.

Los sensores no lo habían registrado horas antes. Acurrucado en posición fetal sobre su gélida cuna, acababa de morir. O tal vez su debilitado corazón aún latiera bajo la manta de nieve.
Apenada y aterrorizada a partes iguales, Iris no fue capaz de moverse. A pesar de las advertencias de los científicos más veteranos, nunca pensó que aquel espectáculo le resultara tan insoportablemente dantesco.
El hielo polar tiene ciclos. El invierno congela lo que derrite el verano. Sin embargo, con el aumento de las temperaturas globales, cada verano se derrite más y cada invierno se congela menos. Durante los meses cálidos, las capas de hielo son tan frágiles, que cada vez son menos capaces de sostener el peso de los osos cuando salen a pescar. Éstos, hambrientos y desesperados, mueren irremediablemente.

Los sollozos la sorprendieron. Luego llegó el llanto. Un llanto amargo, profundo, desgarrador. Su vida desfiló ante sus ojos a “velocidad tunel” y todo fue presentándose exponencialmente ante sus ojos de forma cada vez más nítida y clara. La luz final fue la que le causó más daño: aquel accidente de autobús que él sufrió 3 semanas antes de partir, la noticia en la televisión, la duda, la idea devastadora de que él pudiera dejar de existir, el pánico... y su estrategia contrafóbica: abandonarle por temor a arriesgarse a la posibilidad de que la dejara de nuevo.
Corrió hacia la base. El viento quemaba sus mejillas. A partir de aquel día, el verano comenzaba a descender. Tiritando, se dirigió a su habitación y tomó el teléfono móvil entre sus dedos ligeramente amoratados. Marcó su número, igualmente aterrada ante la posibilidad de encontrarlo y no encontrarlo al mismo tiempo...

Había línea...


Para l@s que quieran explorar el eneatipo 5 http://www.personarte.com/enea5.htm



“Si la amas lo suficiente, cualquier cosa te hablará”. George Washington.

07 abril 2009

Rupturas eneagramáticas: E4



Miedo básico: no tener identidad ni importancia personal.
Deseo básico: descubrirse a si mismo y su importancia; crearse una identidad a partir de su experiencia interior.

*

Nº 11

Y metió su vida en cajas y se marchó del apartamento...

... pero no la vi. Caminaba siempre un paso por delante como atraída por un Hammelin inalcanzable. A veces, me costaba ver su nuca bajo el sol, pero siempre la seguía. Era voraz, feroz, oral. En ocasiones, incluso, románticamente perversa. Solía pegarme sin venir a cuento o revolverme el pelo compulsivamente.
Mis manos eran su territorio. Insomne crónica, me arrastraba con ella hasta los cráteres de entre las sabanas, trazando círculos cada vez más pequeños en mi espalda cuando la penetraba. A veces, solía susurrarle poemas y letras de canciones para hacerla dormir.

Eres un misterio, una universidad, una biblioteca cósmica...

Mi mayor miedo era que descubriera mi lado oscuro, mi hosco personaje interior y desapareciera. Profecía autocumplida. Se marchó con la crueldad abrupta y desculpabilizada con la que se abandonan los juguetes al llegar a la adolescencia ...

- Eres la persona más parecida a mi que he conocido nunca...
- Si... ¿pero qué ocurre cuando pones un espejo frente a otro demasiado tiempo?-
sentenció.

Una noche, hace 13 meses, la reconocí. Dos semanas después, me había arrastrado a Londres con ella. Quería “vivir la vida bohemia antes de que fuera demasiado tarde”. Era el verano en el que cumplíamos 29 años y el aquí y ahora ejercía sobre nuestra crisis de los treinta una fascinación irresistible. La seguí porque no podía hacer otra cosa, no acompañarla ni siquiera era una opción. Una mañana de julio, cogimos nuestros ahorros, mi guitarra, su voz, y nos marchamos.
Durante aquellos dos cálidos meses, mi vida consistió en memorizar todas las estaciones, parques y plazas, tocar para ella, escucharla cantar y hacerle el amor.

Pensé que era una hechicera, que algún elemento único en la combinación de nuestros cuerpos podría neutralizar mi voz interna y rebasar por fin todos los huecos. Me equivocaba. Yo vivía siempre de noche, pero ella no me rescató, sólo cambió mi jaula de sitio.

No deje llegar septiembre. Busqué un trabajo como profesor y anclé en la vergüenza y el fracaso toda mi prehistoria, no quería volver.
En la telaraña que, de repente, era Londres, comenzaron a obsesionarme las horas, la luz, los pasos, los detalles. Quería aprehenderla, pero se me escurría. Así que la extrañaba en fragmentos: el aroma a aceite de lavanda sobre la almohada, el inconfundible sabor de su boca cuando comía chocolate, su picara manera de cantar I’m looking through you, de Los Beatles...

Love has a nasty habit of disappearing overnight...

Tenía un triangulo de lunares entre la cadera, el ombligo y la cintura en el que me gustaba perderme. Pero, de repente, sus ángulos se habían estrechado y yo me encontraba atrapado en una extraña tierra de nadie en la que sólo existía el pasado y el futuro, nunca el presente.

La esperaba en todas partes, incluso donde no la quería. Caprichosa, susceptible, criticando mis discos de jazz o instándome a aprenderme, de una vez, los nombres de las calles.
Comenzó a llamarme Robbie porque no le gustaba mi nombre y, antes de darme cuenta, mi antigua identidad dejó de tener sentido. Tenía la capacidad innata de anular y renombrar todas las cosas.

En mis ratos libres, escribía relatos que después quemaba. 10 borradores. Pero la misma historia se me imponía, sádica y caprichosamente, una y otra vez..
A veces, tocaba Please, please, please, let me get what I want en Covent Garden y mi extraña voz de velcro, conmovía, únicamente, a las ancianas y a las palomas.

Me sentía tan disperso, que temía disolverme en cada nuevo acorde y cada nueva palabra...

Un día me pareció verla a través del cristal de un autobús. Corrí tras ella en un intento desesperado de subir en la siguiente parada. Quería parar aquel autobús a toda costa, pero, tras girar una rotonda, una piedra, la lluvia y un pesado camión se me adelantaron. El pánico me invadió hasta el punto de no dejarme respirar. El enorme vehículo trazó un gigantesco circulo que parecía, más bien, el truco final de un numero de magia, para caer a escasos metros de mis pies. Se abrió una enorme zanja. Me asomé a ella y el vértigo activó un resorte en mi interior. De repente, sentí un alivio inconmensurable, incontenible, abrumador.

Nunca supe si había llegado demasiado pronto o demasiado tarde.

Oí que alguien llamaba a una ambulancia desde un teléfono móvil. Desgraciadamente, no llegaron a tiempo. De las 37 personas implicadas en el accidente, murieron 12.

Ninguna era ella...



Para tod@s l@s que aún no se hayan definido http://www.personarte.com/test.htm
Para l@s que quieran explorar el eneatipo 4 http://www.personarte.com/enea4.htm
Para conocer 4 famosos http://www.personarte.com/fenotipos/fenotipo04.htm




“Todo arte es una especie de confesión más o menos oblicua. Todo artista, si quiere sobrevivir, se ve obligado al final a contar toda la historia, a vomitar la angustia” J. Baldwin

[Continua en comentario]

02 abril 2009

Rupturas eneagramáticas: E3



Miedo básico: no tener ningún valor aparte de sus logros.
Deseo básico: sentirse valioso, aceptado y deseable.


*

Y metió su vida en cajas y se marchó del apartamento...

... pero nada alteró su rutina. Se levantaba temprano, iba al gimnasio, desayunaba, paseaba a Moon, y se marchaba al trabajo. Sus compañeros no sabían que Denise le había dejado. Nadie debía saberlo. Su sempiterna sonrisa parecía ser el mejor indicador de su estado de animo. Los más intuitivos podrían haberse percatado de que ya no había luz en su mirada. ¿Pero quién miraba realmente a los ojos salvo las maquilladoras?
Se enganchó a la droga más cobarde: la mentira. Y en su particular galería, la autenticidad era el viejo y ajado atrezzo que alguien olvidó hace mucho tiempo.
Mentir no era difícil para un actor, pero la diferencia entre él y sus compañeros de la serie, era que su dedicación “al método” duraba los 365 días al año. Nunca una mala cara, ni un mal gesto, ni siquiera, un matiz desagradable en el tono de voz cuando, ocasionalmente, sufría un encontronazo con un periodista. Matt era la viva imagen de la afabilidad y el encanto y haría todo lo posible para seguir siéndolo.

Sin embargo, en aquellas tres semanas de soledad, comenzó a odiar su casa, sus muebles, su ropa, su extrema competitividad, su pulcritud, su éxito... todo salvo su cocker spaniel. Sentía como si alguien le hubiera intercambiado por una imagen holográfica de si mismo. Un extraño vacío comenzaba a invadir cada célula de su cuerpo, inexorablemente, como un cáncer. Con la diferencia de que nadie conocía las características de esta nueva enfermedad.
Su corazón latía en otra parte, sepultado bajo un muro de silencio, y él debía atreverse a reclamarlo a pesar del terremoto.
Consideró la idea de tapar todos los espejos de su casa como si viviera en un shivá indefinido. Los judíos guardan luto durante siete días. Siete maravillosos días en los que cuidar de su aspecto es algo tan nimio e insignificante, que se permiten ignorar ese superficial aspecto de si mismos. ¿Por qué no podía hacerlo él?

Día tras día, engatusaba a algún miembro del equipo para ir a tomar algo a un pub y retrasar asi la vuelta a casa todo lo posible. Sabía a que lugares ir sin necesidad de recurrir a las clásicas gafas negras.
Otras veces, seducía a alguna de las chicas. Siempre había sido muy fácil. Si su carisma y su atractivo físico no eran suficientes, recurría a la que consideraba su mejor arma: escuchar como si tu interlocutor fuera la persona más fascinante del mundo.
Las escogía siempre altas, rubias y andróginas porque eran lo opuesto a Denise. Ella tenía los ojos y el cabello más negros del mundo. Su voz ronca y envolvente a lo Veronica Lake era la única capaz de retirarle hasta la última gota de maquillaje con un simple susurro. Todo en ella era espejo. Su morena nuca era la única promesa que se hacía antes de dormir.

Una tarde, mientras se dirigía a una cena con su representante, quedó atrapado en un atasco. Al parecer, un autobús había volcado dos calles más al norte y la lluvia estaba ralentizando todo el proceso. Mientras esperaba, le sobrevino un incontrolable deseo de fumar, pero en la guantera de su coche sólo quedaban sus gafas y un par de condones. Miró por la ventana, tamborileando con sus dedos sobre el cristal en un intento de aplacar su ansiedad, y se percató de que una joven le observaba atentamente desde un café. “Será una fan que me ha reconocido” pensó.
Debía tener unos 25 años. Sus brillantes ojos claros eran una alternativa muy apetecible, pero eligió la necesidad que primero hizo figura: el tabaco. Salió del coche y entró en el mismo café desde el que ella le observaba. Una vez en la barra, la miró de refilón, incitante, mientras se revolvía el pelo mojado.
Cuando el dependiente le devolvió el cambio, ella había desaparecido. Con el ego un poco magullado, se dirigió de vuelta al coche y la encontró esperándole empapada y apoyada seductoramente contra la ventana del copiloto.

- ¿Me llevas?- afirmó más que preguntar.
- ¿A dónde quieres ir?- respondió él con su mejor sonrisa.
- A cualquier parte- un deje de amargura traicionó su dulce voz felina, conmoviendole. La instó a entrar en el coche.
- ¿Cómo te llamas?
- Cecilia.
- Admítelo, Cecilia, ¿tú me conoces, verdad?
- ¿Por qué habría de conocerte?- espetó entre divertida y asombrada mientras se apartaba un mechón de pelo de la cara.
- ¿Me estas diciendo en serio que no sabes quién soy?
- Por supuesto – había una desarmante honestidad en aquellos nuevos ojos.
- ¿Te cuento un secreto, Cecilia?
- Ajá.
- Yo tampoco...



Para tod@s l@s que aún no se hayan definido http://www.personarte.com/test.htm
Para l@s que quieran explorar el eneatipo 3 http://www.personarte.com/enea3.htm
Related Posts with Thumbnails