“Y si estuviste ahora, luego no estás.
Y nunca más te vi y no fui nada en tu vida”.
Camino por la casa tropezando contra los muebles
como si fueran bolas en una mesa de billar.
Impactan contra todo lo que alguna vez hubo,
negros y rojos,
cómplices resignados de lo transitorio,
como los granos de los castillos de arena.
Los sábados rescato narcisos del jardín,
víctimas colaterales de algún niño, algún perro o algún loco.
Los coloco en un jarrón de cristal azul
y cada día me asomo a ellos como si fueran mirillas.
Me miran mientras miro y mientras sueño.
Pequeños, flamantes soles en su soporte azul.
Pero cada lunes olvido que no siempre me han mirado
y siempre me aflijo cuando su luz se seca.
:***
Me gustaría decir que he vuelto, pero esto es sólo un paréntesis. Aún me sigue costando contar historias.
ResponderEliminarHasta pronto... I Hope...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSabes? en mi pueblo a los narcisos se les llama lirones :)
ResponderEliminarI really hope to see you back soon!
Qué mundos aparecen si nos asomamos a la mirilla de un narciso?
ResponderEliminarYo me asomo a los laberintos, a los umbrales que no conozco, a los huecos del ajedrez... y la próxima vez que vea un narciso, me zambulliré en su panza a ver qué maravillas me presta.
Kisses umbrálicos, desde mi laberinto.
Hermosa poesía.
Espero leerte pronto.
poeta definitvamente
ResponderEliminarte esperamos, cuida gatos defiende derechos y busca la paz que te mereces srta escritora
=)
Escribir es volver...no sabía de tu faceta poeta..
ResponderEliminardemabular como bolas de billar.. genial...
la ansiedad de contar pero no encontrar las palabras ni al historia correcta...ufff sé de lo que hablas.
kisses
sigue volviendo
Mi niña, mira que te entiendo. El tiempo es tuyo, no lo olvides!
ResponderEliminarhermoso desvario...amarillo
ResponderEliminarbeso
pues es un buen parentesis en tu descanso
ResponderEliminarespero que todo vaya bien
un besp
Hola Maga!!
ResponderEliminarMe gusta leerte y confío en que volverás pronto... sigue escribiendo!!
Transmites sensaciones....
Rescatas flores que seguramente antes no te miraban porque tú no te fijabas en ellas... Me gusta tu poesía.
Te mando un montón de besos y achuchones.
;)
pd. adoro la primavera. de repente, mi terraza ha cobrado vida, han florecido unas margaritas color violeta en una maceta donde sólo habían hojas verdes (??) y de repente, en una esquina, otra amarilla, pero muy pequeña que no sé quién la ha invitado y qué hace ahí. Y la orquídea, ha decidido seguir dándome flores, tres este año!
I love Spring.
Oye que no... con la velocidad de dedos que tienes para escribir... si he vuelto yo... puedes volver tu.., quieres que te proponga temas?? es eso... solo tienes que silbarme solo eso..!!!!
ResponderEliminarBesosssssss en boxes!
no sé donde leí (o quien me contó) que el amarillo es el color de la tristeza. lo cierto es que le tengo especial cariño al amarillo. incluso tuve unas zapatillas amarillas que me hacían sentir muy especial. pero siempre las gasto de un lado y acabaron rotas.
ResponderEliminaren finlandia ahora sólo había flores amarillas. nunca ha sabido adivinar el nombre de las plantas y de las flores, soy todo(y me avergüenzo de ello) un ignorante en hortifloricultura y demás artes :(
le resultará extraño pero en finlandia soñé con usted; pero creo que fue la noche del 7. los detalles me los guardo ;)
y no, aún no soy un cuarentón con el pelo encanecido y no creo que lo sea ever. así que ese del sueño debe serla imagen de su subsconsciente de mi, que bien pensado, puede que sea más real que la imagen que me saluda por las mañanas en el espejo.
ah! me ha encantado "Entre amarillos". Es una manera perfecta de volver (en ambos sentidos)
ps. epheriti epheriti!!
Por fin un poema.
ResponderEliminarQuizás de ciertas rosas vengan estos narcisos...
Me ha gustado sobre todo la última estrofa.
Un besote
Eres una contadora de palabras,nos enredamos y quedamos prendidos . Nos llegan las imagenes, las sensaciones y la temperatura.No tardes...
ResponderEliminarprecioso.
ResponderEliminarEspero que deje de costarte pronto ;)
ResponderEliminarCurioso que aparezcan narcisos en tu poesía, cuando estoy ahora mismo rodeado de ellos, o casi...
Un beso!!
hoy mi cuarto se puso amarillo.
ResponderEliminarese color que lo abarca todo y lo lanza en una botella...
Hola querida Alhy, yo también ando un poco desconectada últimamente.
ResponderEliminarMe gustan tus historias, no dejes de contarlas, cuando las sientas.
Un beso gordo.
Hi Amaiaa!!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, siento haber estado casi un mes sin pasarme, pero la verdad es que no le he hecho mucho caso al ordenador.
Cuantas veces hemos tenido esa sensacion con respecto a alguien, en un tiempo significo tanto y luego va desapareciendo y casi no sabes nada, hasta que al final sois casi como dos desconocidos, la verdad es que es muy entristecedor.
No te preocupes por lo del sms!No pasa nada, otro día será!
kissess
Es precioso.
ResponderEliminarMe sorprende que unos pies tan frágiles que parece que ni rozan el suelo puedan ir tropezando.
Hasta la próxima vez, cuando sea.
Besos
La opsímata impaciente
ResponderEliminarOpsímata: persona que aprende tarde en la vida.
En casa de las hermanas White había dos gatos. Uno elegante, mimoso y de un pelaje tan deslumbrantemente blanco, que los amigos que los visitaban, reprimían sus ganas de acariciarlo, de la misma forma que, a veces, nos resistimos a dejar nuestras huellas en la impoluta capa de nieve de una calle a primera hora de la mañana.
El otro gato, era un carey mucho más pequeño y pizpireto. Siempre iba corriendo a todos los rincones de la casa, de tal forma que, en ocasiones, los White sólo atisbaban a ver una pequeña bola tricolor que se colaba a la velocidad del rayo entre sus temblorosas piernas. Finalmente, con la intención de evitar disgustos y torpezas, optaron por colocarle un pequeño cascabel en su collar azul.
Aquel gatito tenía, además, la inoportuna costumbre de demandar atención en el momento menos propicio; justo cuando las hermanas estaban discutiendo, vistiéndose a toda prisa para salir o a punto de resolver algún problema matemático. Su estrategia siempre era la misma: se plantaba delante de la persona-diana y la miraba impertérrito, maullando como un loco. A veces, su chantaje emocional sólo se extendía a los juegos, en otras ocasiones, buscaba mimos o un regazo en el que dormirse. Sin embargo, Miriam, la más retraída e introvertida de todas, siempre se preguntaba por qué aquel bizarro y, en ocasiones, irritante gato, siempre acudía a su habitación en primer lugar y le dedicaba los maullidos más acuciantes y lastimosos. No fue hasta mucho tiempo después, cuando comprendió que el pequeño felino la estaba apremiando, invitándola a unirse al movimiento, contagiándole las ganas de enfrascarse en juegos y carreras locas. El mensaje era tan claro: “¡Miriam, sal de aquí o enfermarás!”. Ojalá lo hubiera escuchado...
Odio Los Lunes dijo...
ResponderEliminarlos gatos son siempre mimosos, caprichosos...nunca es tarde
bienvenida de nuevo..
besos
18 de mayo de 2010 14:42
Orologiaio dijo...
Ayyy
Lo que yo te echo de menos, madre.
18 de mayo de 2010 16:07
tupperworld dijo...
que ganas de más
18 de mayo de 2010 16:19
Favio dijo...
aparentemente, ese no era su nombre, era su intención..
el cascabel, los maullidos, los sin razones, todo era para proteger a sus seres queridos creo..
se te extrañaba ia mucho
=)
19 de mayo de 2010 00:19
Post: La opsimata impaciente
ResponderEliminarSiento eso un dia si un dia tambien, esas ganas de huir de correr, y en estos momentos siento que esa oportunidad esta mas lejos que nunca!
Intantare relativizar todo, para no desesperar y finalmente enfermar porque no merce la pena.. y despues de la tormenta siempre viene la calma..
Me pregunto,
ResponderEliminarsi al tropezar con muebles que son como bolas de una mesa de billar,
existe un lugar en esa casa,
que sea como una bola ocho,
algo lleno de sentimientos,
o recuerdos,
o universos,
que te haga perder la partida,
y que nunca quieras tocar.
Me hizo pensar que en algunos cajones de casa tengo fotos de esas que merece la pena tener en formato físico, y que de verlas creo que perdería la partida de ese dia (por lo menos).
Imagino que algún día dejarán de ser bolas ocho. Pero hasta entonces...
¡Un salubrazo! (O la fusión de un saludo y un abrazo)