El primer recuerdo de Ada fue el momento en el que comenzó a querer a su padre.
Durante los primeros cuatro años de su vida, para ella sólo había sido un alto hombre trajeado de gesto severo y ojos tristes que madrugaba demasiado y llegaba a casa cuando se podían ver las estrellas.
Una soleada mañana de julio, Ada había encontrado una mariposa con un ala rota en el jardín. Apesadumbrada, entró corriendo en casa con el frágil insecto atrapado entre sus manos diminutas. Justo cuando su madre trataba de convencerla de la inevitabilidad de algunas tragedias, su padre, rescató a la mariposa de los dedos infantiles y la sujetó delicadamente debajo de las alas entre su pulgar e índice, justo por lo que a Ada le parecieron los hombros del animalillo. Y con la naturalidad y la determinación con la que un cirujano pronunciaría “hilo del 5-0”, espetó “celo transparente”. Posteriormente, ante el asombro de madre e hija, estiró con delicadeza el ala prácticamente rasgada con los dedos de la mano derecha y unió suavemente con una gruesa tira de celo los dos extremos. “Ahora podrá volar otra vez” anunció.
Y mientras el convaleciente lepidóptero iniciaba torpe pero audazmente el vuelo, como un tímido fuego artificial que ha postergado en exceso su salida, la pequeña se debatía entre los dos pequeños milagros que acabada de presenciar, sin poder decantarse firmemente por uno. Sin embargo, algunos años y muchas alas reparadas después, descubriría que había sido la delicada e improvisada intervención de aquel rudo y reservado hombretón de manos grandes lo que, definitivamente, había dado un vuelco a su mundo.
Sutil.
ResponderEliminar:)
Me ha encantado, la metáfora es buenísima y la historia preciosa.
ResponderEliminarMe alegro que vuelvas por los senderos de la ficción.
Un beso con sabor a botella de champan contra un barco ;)
es muy bonito que un primer recuerdo sea un recuerdo de amor. la génesis de todo tendría que ser el amor, ¿no? porqué no la génesis de la memoria.
ResponderEliminarsiempre me he preguntado si realmente existe lo que llamamos la delicadeza de la gente con manos grandes. (quizás me lo pregunto porque soy torpe de manos y todo se me rompe entre los dedos)
molt bonica la història!
bss
j
ps1. me asalta la duda, todas las tragedias son inevitables??
ps2
Y ahora que he caido al fondo de una piscina
que ni una gotita de agua tenia
voy a recoger mis alitas rotas
y las pegaré trocito a trozo y volaré
me tomaría un café con él. aunque no me guste.
ResponderEliminar(sonrisita)
Precioso pequeño relato. Y sí, como dicen, es precioso tener un primer recuerdo de amor.
ResponderEliminarEstoy en el curro porque parece que los inmigrantes del CETI la van a liar parda. Arg.
Te llamé el domingo, pero estabas fuera. No sé si te dejaron el recado. Nos debemos un ratillo de actualizaciones :)
Se te quiere, preciosa.
Un magnifico y emocionante relato sobre como con un momento tan especial como ese, se puede soldar una relacion paterno filial para siempre.
ResponderEliminarNo puedo evitar imaginar la emocion que embriagaria a la niña en ese momento.
kissess mil
mmmmm hago una actualización sobre su amado clint.. y no me postea... jajaja eso no se hace.
ResponderEliminarmala...
besossssssssssss
Excelente historia :D
ResponderEliminarVolcadora, también :)
Bonita historia. Es curioso como detalles tan pequeños pueden significar tanto.
ResponderEliminarSiento lo de Andy. Es increíble lo que se llega a querer a los compañeros perrunos.
Besos :)
tu blog está excelente, me encantaría enlazarte en mis sitios webs.
ResponderEliminarY por mi parte te pediría un enlace hacia mis web y asi beneficiar ambos blogs con mas visitas.
Espero tu Respuesta a munekitacat19@hotmail.com
besos
Catherine
¡¡A ver si nos vemos por Donosti!!
ResponderEliminarEs muy bonito el relato. Las cosas delicadas que salen de lo rudo e imponente son siempre sorprendentes. Me pregunto, realmente se pueden arreglar así las alas de una mariposa? Alguien me contó una vez que no se pueden tocar, porque si les quitas esa especie de polvillo brillante que llevan en las alas (realmente mágico!) no pueden volver a volar. ¿Has tocado alguna vez las alas de una mariposa y has visto después la estela brillante que deja entre los dedos? Este verano en la playa, una se chocó contra mi hombro y después se apoyó en la toalla, una amiga le hizo una foto con el móvil, si me la pasa, la voy a subir para que veas que original era. En realidad en ese momento lo tomé como una señal que estaba esperando para algo.
ResponderEliminarLlevas razón, estoy muy out, y lo siento. No encuentro la síntesis para explicarte todo lo que está sucediendo dentro de mi, y la versión larga te aburriría. Pero digamos que estoy en un profundo proceso de introspección.
Me ha dejado muy pensativa el texto de Oreamuno, es impactante. ¿Has creído alguna vez que yo he podido ser esa hoja que se va sin despedirse? Yo siempre me despediría.
(Hay más cosas pendientes por comentar, abajo)
Es muy bonito el relato. Las cosas delicadas que salen de lo rudo e imponente son siempre sorprendentes. Me pregunto, realmente se pueden arreglar así las alas de una mariposa? Alguien me contó una vez que no se pueden tocar, porque si les quitas esa especie de polvillo brillante que llevan en las alas (realmente mágico!) no pueden volver a volar. ¿Has tocado alguna vez las alas de una mariposa y has visto después la estela brillante que deja entre los dedos? Este verano en la playa, una se chocó contra mi hombro y después se apoyó en la toalla, una amiga le hizo una foto con el móvil, si me la pasa, la voy a subir para que veas que original era. En realidad en ese momento lo tomé como una señal que estaba esperando para algo.
ResponderEliminarLlevas razón, estoy muy out, y lo siento. No encuentro la síntesis para explicarte todo lo que está sucediendo dentro de mi, y la versión larga te aburriría. Pero digamos que estoy en un profundo proceso de introspección.
Me ha dejado muy pensativa el texto de Oreamuno, es impactante. ¿Has creído alguna vez que yo he podido ser esa hoja que se va sin despedirse? Yo siempre me despediría.
(Hay más cosas pendientes por comentar, abajo)
Falta hablar de los libros. También me encantó Tokio Blues, y justo cuando lo estaba leyendo vi en la prensa que lo van a llevar al cine. Hablando de cine, estarás disfrutando del Zinemaldi!! =D
ResponderEliminarEl libro de "Dios vuelve en una Harley" no sabría como definirlo, por eso quería tu opinión. Creo que como psicóloga podrías leerlo, dice cosas importantes de una manera un tanto hortera, jajaja. Sin embargo a mi me ayudó mucho. Bueno si te lo lees, no se tarda más de un día, lo comentamos, vale?
Ahora estoy un poco parada con la lectura, porque he empezado con los propósitos de nuevo curso, ya sabes, coleccionar dedales en miniatura, jajaja noooo, he empezado a ir a yoga, y me he matriculado en un máster de fotografía!! y estoy muy escasa de tiempo hasta que me adapte a todo.
Ahora que te he escrito todo esto, me he dado cuenta de que te he echado de menos.
Un abrazo.