Noto como mi tristeza
poliniza los ascensores,
las aceras,
los bancos,
las vallas publicitarias
y las yemas de todos los
dedos
que alguna vez dijeron
adiós.
Si te cruzas con esta
mi encanecida,
impenitente
y omniestacional tristeza,
con voluntad de yunque
y vocación de arenas
movedizas,
hiberna, insensato, hiberna
… o hazme la noche.
*
(No entiendo tu pregunta en respuesta a mi último comentario, jeje. ¿?¿? Pero te cuento que he tenido el blog bastante abandonado porque la vida offline no me ha permitido otherwise. Y es curioso, porque cada día vivo mil historias que más parecen de ficción. No sé si he respondido a algo ¿?)
ResponderEliminarLas tristezas que se expanden no me gustan, sobre todo si son contagiosas (y es poco probable que no lo sean). Lo mejor es meterlas en agujeros negros.
Un abrazo
Y, ¿a qué se debe esa tristeza, darling?
ResponderEliminarUn abrazo alegre for you.
Creo que hay una epidemia de tristeza en la ciudad.
ResponderEliminarSi te cruzas con esta
ResponderEliminarmi encanecida,
impenitente
y omniestacional tristeza,
: )
Muy chulo Alhy. Besos