Salgo a la calle desde el cálido abrazo del portal y, por primera vez , el frío es la red que me impulsa a saltar al mundo. La luz es débil aún y la calle, perezosamente vacía, parece resistirse a abandonar el día anterior. Mi reloj recién atrasado marca la hora que he estado esperando impacientemente: las 8:30. Me siento llena, nueva e híbrida, pero no sé de qué. La euforia compensa el cansancio del insomnio y me muevo pesada y ligera al mismo tiempo. Siento impulsos de cantar y bailar sobre el húmedo asfalto, pero me conformo con contonearme felinamente, como si caminara sobre una pasarela improvisada.
Al cruzar un paso de cebra, una gélida ráfaga en mi nuca me obliga a subirme el cuello del abrigo. Y siento cosquillas, como si un tren eléctrico interno recorriera, simultáneamente, todas las paradas que surgen entre mis piernas y mi coronilla. Si cierro los ojos, puedo olerte por segunda vez, pero no verte, así que, como pintora aplicada, te divido en partes, las sopeso y decido que la cicatriz sobre tu hombro izquierdo es mi territorio. ¿Cuál será el tuyo? La urgencia de dibujarte es ahora más poderosa que el hambre y, por un segundo, estoy tentada de volver, pero cruzo los brazos en un intento de contenerme, de infundirme paciencia. En una hora, tal vez dos, despertarás. Puede que ya me esperes somnoliento y que desayunemos sobre la cama café con bollitos calientes, y vuelvas a quejarte, como hiciste anoche, de la inexplicable (e incurable) hipotermia en mis manos. Entonces, yo me burlaré de tu acento recordándote cómo se pronuncia realmente lo que tú llamas “imperscrutable”. Y me recostaré sobre la cama con la delicadeza sensual de una odalisca de Ingrés, desabotonaré mi camisa, tomaré tu mano y la colocaré estratégicamente sobre mi pecho izquierdo. “Why always a lefty?” musitarás. “I don’t know”.
La pastelería Gâteau es aún un paraíso inexplorado. Me siento como un Magallanes hipoglucémico dando vueltas y vueltas sobre mi misma, embriagada de olores y colores sin poder decantarme por ninguno. Sé que te gustan los dulces, pero aún no te he preguntado cuál es tu favorito. Finalmente, decido apostar sobre seguro y abandono la tienda con 500 gr de mini y maxi croissants recién horneados.
Las nubes me amenazan, pero les devuelvo una sonrisa de impaciencia. Corro por la calle semivacía y me reencuentro con el paso de cebra con la alegría juvenil de quien recibe a un viejo amigo. Incluso la despejada carretera parece querer saludarme esta mañana. Eludo el hecho de que el semáforo esté en rojo y camino ágilmente entre las rayas blancas. Pero desde el lado opuesto de la rotonda, un coche invade precipitadamente mi espacio. Un grito ahogado, un desesperado frenazo y el parachoques me golpea con violencia en la cadera. Mi cuerpo gira en el aire hasta aterrizar pesadamente sobre el cuello. El mundo entero hace “clack” como si todos sus habitantes hubieran soltado al mismo tiempo una goma gigantesca. Mi boca se llena de sangre y lo último que veo, antes de morir, son los croissants, aún calientes, desperdigados por el suelo...
P.D. Como siempre hay alguien que lo pregunta, sí, es primera persona pero no es autobiográfico. De ser así, estaría escribiendo desde el más allá.
Al cruzar un paso de cebra, una gélida ráfaga en mi nuca me obliga a subirme el cuello del abrigo. Y siento cosquillas, como si un tren eléctrico interno recorriera, simultáneamente, todas las paradas que surgen entre mis piernas y mi coronilla. Si cierro los ojos, puedo olerte por segunda vez, pero no verte, así que, como pintora aplicada, te divido en partes, las sopeso y decido que la cicatriz sobre tu hombro izquierdo es mi territorio. ¿Cuál será el tuyo? La urgencia de dibujarte es ahora más poderosa que el hambre y, por un segundo, estoy tentada de volver, pero cruzo los brazos en un intento de contenerme, de infundirme paciencia. En una hora, tal vez dos, despertarás. Puede que ya me esperes somnoliento y que desayunemos sobre la cama café con bollitos calientes, y vuelvas a quejarte, como hiciste anoche, de la inexplicable (e incurable) hipotermia en mis manos. Entonces, yo me burlaré de tu acento recordándote cómo se pronuncia realmente lo que tú llamas “imperscrutable”. Y me recostaré sobre la cama con la delicadeza sensual de una odalisca de Ingrés, desabotonaré mi camisa, tomaré tu mano y la colocaré estratégicamente sobre mi pecho izquierdo. “Why always a lefty?” musitarás. “I don’t know”.
La pastelería Gâteau es aún un paraíso inexplorado. Me siento como un Magallanes hipoglucémico dando vueltas y vueltas sobre mi misma, embriagada de olores y colores sin poder decantarme por ninguno. Sé que te gustan los dulces, pero aún no te he preguntado cuál es tu favorito. Finalmente, decido apostar sobre seguro y abandono la tienda con 500 gr de mini y maxi croissants recién horneados.
Las nubes me amenazan, pero les devuelvo una sonrisa de impaciencia. Corro por la calle semivacía y me reencuentro con el paso de cebra con la alegría juvenil de quien recibe a un viejo amigo. Incluso la despejada carretera parece querer saludarme esta mañana. Eludo el hecho de que el semáforo esté en rojo y camino ágilmente entre las rayas blancas. Pero desde el lado opuesto de la rotonda, un coche invade precipitadamente mi espacio. Un grito ahogado, un desesperado frenazo y el parachoques me golpea con violencia en la cadera. Mi cuerpo gira en el aire hasta aterrizar pesadamente sobre el cuello. El mundo entero hace “clack” como si todos sus habitantes hubieran soltado al mismo tiempo una goma gigantesca. Mi boca se llena de sangre y lo último que veo, antes de morir, son los croissants, aún calientes, desperdigados por el suelo...
P.D. Como siempre hay alguien que lo pregunta, sí, es primera persona pero no es autobiográfico. De ser así, estaría escribiendo desde el más allá.
al final las horas se dilatan irremediablemente!
ResponderEliminarLo peor es que ya no podrá volver a comer croissant.
ResponderEliminarMuaks!
Siempre haces genial para que la música de tu blog encaje con el texto. Me acabas de descubrir Headless Heroes, ver con otros ojos (y van por lo menos un centenar) a Bjork y, bueno, a The Postal Service ya no le podías sacar tú más jugo (demasiadas cosas pasaron mientras sonaba "We will become silhouettes", me la sé de memoria...).
ResponderEliminarBuenos días, hora arriba, hora abajo, me has dado. He borrado mi pesimista entrada de ayer por la noche.
Esperemos que tú hagas lo mismo que en la historia pero regresando a casa a seguir alegrando a los que lo necesitan y a los que no.
Me has recordado a la Ana de los Amantes del círculo polar, en el paso de cebra de Rovaniemi. Espero que fuera un error de percepcion y que acabaras comiendo croissants en la cálido cama de tu domingo. Un besazo
ResponderEliminarMilady, ni me acordaba de Los amantes del circulo polar, no soy muy medemiana, aunque puede que algunas ideas ajenas a veces se cuelen y traicionen tu inconsciente.
ResponderEliminarRepito, again, que no es autobiográfico. ¿Cuántas veces tengo que decirlo?
¿Quién imaginaría ese final?
ResponderEliminarUn besazo ^^
"El mundo entero hace “clack” como si todos sus habitantes hubieran soltado al mismo tiempo una goma gigantesca"
ResponderEliminarY yo sólo puedo hacer plac, plac plac...
Me ha gustado el final, no todo iban a ser historias de amor o desamor...
Si hubiera mirado bien antes de cruzar en vez de pensar en el noviete ;)
Sólo Iker Jiménez puede pensar que es autobiográfico
Un Besote
Oh! Me ha destrozado el final!! Sin respiración me encuentro...
ResponderEliminarHe saltado a brown eye y lo primero que he visto (momento vetusta morla... las palabras que no existen...) también me ha dejado boquiabierta...me pasa cada cosa contigorrrr...
Lo bonito: todas las sensaciones que transmites, el frío, el despertar, los olores, las ganas de bailar...
Lo triste: no saber de él... la historia rota, los croissants por el suelo...
Besos maga!!!!
pd. a mí el cambio de hora sólo me ha servido para despertarme superatolondrada a las nueve y decir "joder, que temprano es todavía, voy a bajar la persiana y voy a seguir durmiendo..." jajajaja
pd. me encanta esta canción, los busqué (a los Headlees Heroes) y me los agencié tambiénnnn!!! gracias!
Ohh dioss miooo, te juro que me ha recorrido un escalofrío todo el cuerpo cuando he terminado de leer este relato, te juro que recordaba que acabara de esa manera tan triste.. cuando lo he comenzado a leer ese aire romántico me ha gustado tanto, incluso no se porque, supongo que por una de esas asociaciones raras me he acordado de Antes del amanecer y atardecer.
ResponderEliminarMe ha encantado... desde mi punto de vista lo has bordado, sobre todo porque me he metido en la historia y mucho!
Kissess mil!
Magallanes hipoglucémico...
ResponderEliminarMe lo apunto.
;)
No me esperaba para nada ese final!
ResponderEliminarTe sigo ;)
La historia que explicas (excepto el brutal desenlace) resuena en mi corazón. Y pienso: los momentos pasados, ¿son momentos perdidos o momentos ganados?
ResponderEliminarUn beso gordo, Alhy.
el problema señorita, es que está tan bien escrito que es poco creible que sea un texto impersonal..
ResponderEliminarme gustó mucho una hora más, demasiado diría io..
saludos!!
Hola, sencillamente genial tu vuelta a las noches negras . Me gusta la forma que tienes de esculpir tus descripciones... tengo un defecto y es que todo lo veo a traves de el visor de un objetivo fotografico o de video...
ResponderEliminarme atreveria a pedirte adptar este texto a imagenes pero no quiero que suene arrogante ;-)
un saludo
Y ese olor, el olor de los croissants en la nariz, que se queda pegado hasta muchas horas después de haber dejado de respirar.
ResponderEliminarpd: ¿en serio la gente pregunta si son cosas reales?
miau
de
leche
calentita
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCreo que se esconde una bonita y curiosa historia dentro de este relato. Me encuentro extramente interesado por la cicatriz en el hombro izquierdo. Confieso cierta tendencia a investigar cicatrices por eso estoy en contra de los tatuajes porque enmascaran cicatrices o, mejor dicho, las colorean.
ResponderEliminarTambién me confieso fan de las mujeres que visten camisas (todo un detalle). También me he puesto a elucubrar una teoría sobre los corazones de los hombres y de las mujeres, de su ubicación: en el esternón o en el pecho; más en el centro que a la izquierda o menos a la derecha. Me parece interesante. Pensaré en ello (me gustan las cosas que me hacen pensar)
Lo mejor de los cruasanes es su olor y su textura cuando los partes en dos.
Perdona mi pequeño comentario de texto
Para terminar una pequeña apreciación, me resulta raro que tú, mi querida y amada cadáver, soltaras un grito ahogado. Un grito desaforado, enorme, agudo, chillón tal vez, o quizás con un gesto de sorpresa o de fastidio; creo que no sé que es un grito ahogado, o quizás sí lo sé (es decir, que me lo imagino) y no me parece muy apropiado soltárselo a un coche desconocido así, de buenas a primeras, sin que te invite a un té o a una copa. En fin, trastornaciones: Cosas que sería como para comentarlas en vivo (tiendo a buscarles nudos persas a todo) pero se los suelto así. No, no tuerza el gesto ni me mire así. Qué se yo, hoy estoy un poco gruñón y tiendo a rascar la epidermis y al final siempre termino sangrando.
Ps. Dos palabras se repiten. Izquierda y cebra. Otra historia sin contar.
Ps2. La hipotermia siempre me recuerda a los caballitos de mar :)
Ps3. Mongs mongs!
Hola
ResponderEliminarMe quedo con la historia, que en mi humilde opinión, está muy bien contada...Por otro lado, me he fijado en la música que te gusta y coincido contigo en muchos grupos...Me gustan mucho los Love of Lesbian y es posible que en breve les vaya a ver, ya te contaré
Abrazotes
Ay. Final esperado. Una pena, vida segada cuando había tantos planes amorosos, artísticos y gastronómicos.
ResponderEliminar(No he visto Ágora, quizá en tu próxima crítica pueda opinar, jeje).
Besos
El espacio, el frío, los colores... se palpan, casi se sienten.
ResponderEliminarFinal gore impensado a pesar de cruzar en rojo con el final del texto inmediato.
Magallanes hipoglucémico... jeje.
Besos.
Me ha hecho gracia lo del Magallanes hipoglucémico :D
ResponderEliminarMe ha recordado un corto llamado Atasco. Si lo ves algún día no te sorprenderá tanto, pues imaginarás que hay relación. Pero, no obstante, seguro que merece la pena verlo. Era uno de los cortos de la ECAM que vi el otro día.
Increíble que la gente pregunte si es autobiográfico... ¿no puede uno tener imaginación (aunque algo del subconsciente pueda colarse) o amigos que les cuenten cosas así?
Por cierto, a mí la hora me sirvió para no haberla cambiado en el despertador pero sí en el reloj y el móvil y cerciorarme por estos de que aún era temprano para levantarse jaja :)
Besos de un no-fan de la bollería jeje
Hola! al final me he animado y me he hecho un blog nuevo... a ver cuanto dura, pero bueno jeje
ResponderEliminarUn saludo, Desdicha
Cierto... música y texto a la par. Bien para esta tarde otoñal en mi ciudad. Esta tarde de crudo invierno dentro de mí.
ResponderEliminarHoy necesitaba palabras ajenas, músicas ajenas y, creo, lo he conseguido.
¡¡noooo!! ¡¡por Dios!! mirando los croissants sabiendo que jamás podrás llegar a ellos. Tan cerca pero tan lejos.
ResponderEliminarJo qué tristeza más genialmente expuesta!!
Me ha encantado.
Cris.
Wao, simplemente me encantó.
ResponderEliminarCroissants (L)
a medida que iba leyendo pensaba "acabará como debe acabar, cómo acaban todas las historias en las que se cruzan croissanes calientes y ingleses esperando en una cama deshecha", pero me ha sorprendido, aunque podía haver acabado sin ser trágico.
ResponderEliminarmuaaa
Hola aLHY. Para proponerte si podria adaptar este relato a imagenes...logicamente queria que me dieras tu permiso...ya te dije en su dia que me gustaba mucho.y me haria mucha ilusion..asi que... bueno...eso era lo qu queria propoenrte, no se como lo ves?
ResponderEliminarYa me dices...
Un beso.
Iba a preguntarte si era este... pero ya veo un poco más arriba que si. :)
ResponderEliminar¡Me gusta!
¡Besos guionizados!
Hola, no sabes la ilusión que me hace que hayas aceptado. Para mi un placer poder realizarlo. Ahora estoy en una preproducción para un cortometraje bastante largo pero. Quizás pueda realizarlo entre medio. Lógicamente podemos añadir una pequeña voz en off. Pero también se me había ocurrido adaptarlo de tal forma que veamos pequeños flash back de la noche anterior. Por ejemplo cuando dices que sus manos estaban hipotérmicas u otras cosas etc... Bueno, son ideas...a ver si puedo enviarte una escaleta guionizada de cómo lo veo yo en imágenes para que te hagas una idea mejor vale? Mil gracias, y por su puesto que aparecerás en créditos como autora e idea original, faltaría mas...lo de la alfombra roja no hace falta que lo preguntes. Prepara tus mejores galas.... ja ja ja ;-)
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