Una tormentosa tarde de
julio, en el instante preciso en que salía del cine, un rayo cayó sobre mi
madre. Al parecer, entró por su cabeza y escapó pérfidamente por un pie, para
hundirse finalmente en las entrañas de la tierra. Las quemaduras fueron tan
graves que tuvieron que hacerle varios injertos en “la zona de salida” y jamás
superó su cojera y su fobia a las tormentas, pero, milagrosamente, sobrevivió. Haciendo
gala de un misticismo que no había exhibido hasta la fecha, aseguraba que nunca
supo a ciencia cierta qué parte de sí misma le había arrebatado el rayo, pero
estaba convencida de que la había elegido como receptora o “puerta a este
planeta” por alguna razón.
Lo más insólito del caso, es
que en aquel extraordinario momento, nadie, salvo ella misma, sabía que estaba
embarazada de tres meses. Como es natural, al conocer la noticia cundió el
pánico generalizado en mi familia. Amparándose en la excepcionalidad de la
situación, todos estaban de acuerdo en que era más que probable que el rayo, durante
su ataque oblicuo, hubiera atravesado al bebé en algún punto, dañándolo sin
remedio. Sin embargo, y para sorpresa familiar, una serie de exámenes y pruebas
revelaron que el niño, no sólo había sobrevivido, sino que se encontraba en perfecto
estado de salud.
Durante mucho tiempo nadie
pudo encontrar un precedente similar. La posibilidad de ser alcanzado un rayo
es del 1 entre 3.000.000 millones. ¿Cuántas posibilidades hay de que, además, caiga
sobre una mujer embarazada? En el momento en que se confirmó oficialmente que
el niño nacería sin secuelas, mi madre supo instantáneamente cuál sería su
nombre, Ekaitz, que significa tormenta en euskera.
Y, ahora que sabes la
historia de mi nombre, querido lector, debes conocer la historia de mi muerte,
que es la misma.
[TO BE CONTINUED]
Me ha encantado el comienzo. De verdad.
ResponderEliminarEstoy deseando que continúes la historia
Besos
Muchas gracias, Mientras Leo :)
EliminarEs imperdonable no sólo no haber acabado aún la historia, sino no haberme pasado a agradecerte el post.
Kisses retardados ***
Me recuerda a no. Es mentira a nada. Sólo podría recordarme a otro texto tuyo y hace tanto que no paso que...ná, seguro que es porque no se parece a nada. Me gustaría que no muriese y tuviese poderes. De algún tipo. Pero que fueran inservibles también. Eso sería gracioso :)
ResponderEliminarBesos.
Thank you, A.
EliminarSi hace tiempo que tu no pasas, hace aún más tiempo que no paso yo, lo cual si es realmente imperdonable.
No se me ocurre mejor piropo que el que te digan, en estos tiempos de clones y reciclajes que nos han tocado vivir (demasiado tarde para podernos permitir cierta originalidad) que no te pareces a nadie ni a nada. Ojalá :)
Thanks again. Espero que todo "te vaya bonito".
More kisses ***
Cuanto tiempo mi niña, me encanto,alhy como siempre, tienes una forma de relatar tan especial...impaciente por leer la continuación....
ResponderEliminarbesosssss
¿Qué ven mis ojos?¿Has vuelto, nena? :D
EliminarGracias por acordarte de mi y por dejar tu feedback, que es como un abrazo a distancia. Me alegra muchísimo tenerte por aquí y espero que tu retorno no sea algo puntual :)
Read you!
Un kiss XXL ***