Uno de estos días saldré de casa sin
esperar que los músicos callejeros me transmitan un mensaje cifrado.
Haré la compra y no te desplegarás
bajos mis pasos
como un mapa,
Y escucharé pronunciar tu nombre
sin que me pinchen las 5 puntas de su
estrella.
Uno de estos días serás otro fantasma
deshilachado, educadísimo, etéreo,
recorriendo el patio del “Sentido
común”, “la Maldita Realidad”
y el “Olvido”.
Uno de estos días la amargura se
liberará de la última soga
y saldrá a pasear, a plena luz, en su
carroza.
Uno de estos días rodarán naranjas por
el suelo.
Uno de estos días…
nada.
*
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