Deberían evitarse los “cementerios de
recuerdos”
como deberían evitarse los
supermercados.
A veces son la misma cosa
rituales ineludibles, como una
enfermedad infantil.
Ambos
tienen bocas azules
y cola de reptil.
Muerden siempre.
Un cocodrilo mordió mi estómago
cuando creí verte hoy.
Caí al suelo de noviembre
y se abrieron mis costuras.
Los violines del Banco de alimentos
Rivalizaban con los de Médicos sin
fronteras.
¿Qué más da qué orquesta toque hasta
el final?
El barco se hunde…
*
Un cocodrilo mordió mi estómago
ResponderEliminarcuando creí verte hoy.
Caí al suelo de noviembre
y se abrieron mis costuras.... gran frase
Muchas gracias, Poeta Perdido. El feedback, ese regalo cada vez más escaso, me da la vida :)
EliminarUn abrazo desde el norte de España ***