He bailado al otro lado de las vías
del tren,
mi piel de luna era un ticket hacia un
Darjeeling improvisado.
Llevaba el arco de Artemisa y los
versos de Afrodita
y apuntaba con ambos en la misma
diana,
en la misma manzana.
Aprendí a cortar las primeras pieles
como el despertar, irrevocable, deshila un mal sueño.
Reescribí las contraseñas del bosque y
de los cuentos (Me convertí en príncipe, me convertí en mago, me convertí en
dragón).
Escalé a la beatleliana azotea de
Apple Corps, micrófono en mano, para cambiar mi historia, para que aquel fuera
el primer concierto y no el último,
pero el público ya se había marchado.
¿Hasta dónde habría llegado?
¿Hasta dónde habría llegado por ti?
*
Ser capaz de estar al otro lado...
ResponderEliminarMuy bello¡¡¡