Nunca
se lo he contado, pero durante nuestras largas intermitencias suelo despertarme
demasiado temprano, como la concha seccionada de una ostra. La luna está a
punto de desaparecer de mi cielo para trasladarse al suyo, y es tan blanca, que
siempre resulta apremiante escribirte una carta:
“Dear Mr
Turner,
What are you
doing?
How are you
feeling?
What are you
wearing?
What
did you learn?”.
Y
cada madrugada me arropo en estas preguntas hasta volverme a dormir, confiando
en que, transversalmente, desde algún punto de sus 5 horas de distancia, él las
responda, una tras otra, en mis sueños.
*
No hay comentarios:
Publicar un comentario
In cyberspace, everybody can hear you dream...