01 agosto 2010

La turbiedad del hielo




Podría haber sido un clon de Jökull, salvo por la nariz, bastante menos aguileña, el cabello oscuro y los ojos; Einar tenía las pupilas de un intenso gris casi metálico. Un color inusual, de esos que tienen una de cada 10 millones de personas, como los de Elizabeth Taylor.
La primera vez que lo vi, mis rodillas comenzaron a temblar de una forma tan violenta que tuve que sentarme. ¿Cómo podían parecerse tanto? Pensé que las había oído chasquear, delatando lo insólito del encuentro, como un instrumento mas afinado que, inoportunamente, arruina tu canción favorita en pleno concierto. Pero me sonrió cálidamente y me besó la mano: tú debes ser Brynja. Y ahí comenzó todo.

Estábamos en primavera y sólo habían pasado cinco meses desde que Jökull me había dejado. Era demasiado pronto para coger una fjóla (violeta), pero, como se suele decir en Islandia, nunca sabes cuanto puede durar el siguiente invierno.
Me llevó a un restaurante italiano. Sus movimientos eran ágiles y elegantes y olía a una mezcla de mar y eucalipto. Destilaba tanta entusiasmo que parecía un niño delante de una tienda de bicicletas. Sólo algunos pocos afortunados poseen ese halo juvenil durante toda su vida, una mirada sagaz pero blanca, una contagiosa y desarmante frescura. Einar era más joven que Joküll en todos los sentidos de la palabra.

Entre el entremés y el postre, le resumí el historial amoroso de mi vida, colocando a todos mis ex en fila sobre la mesa y derribándolos grissini a grissini. Su barba de tres días hizo el resto. Y, al llegar al café, con mi pasado temporalmente pulido, una postilla menos sobre la piel extremadamente fina y blanca, cerré los ojos. Cuando los abrí, reía. No recuerdo exactamente de qué. Siempre he tenido una memoria pésima para recordar anécdotas graciosas y únicamente recuerdo el efecto que me han causado. ¿Por qué nadie inventa una escala para medir la intensidad de la risa?. Debería parecerse a la de los terremotos. De esta forma, podríamos decir cosas como "tuve un ataque de 7,5" y todo el mundo sabría con precisión a qué nos referimos.

Sonaba Someone to watch over me de Ella Fitzgerald. De repente, tomó mi rostro entre sus manos y me clavó su mirada metálica. Por un momento pensé que cualquier cosa era posible. Le dije “ven” y lo llevé a mi casa. Nos desnudamos el uno al otro mientras fingíamos escucharnos. Tenía un cuerpo perfecto. Quise indicarle qué, cómo, cuánto y dónde, pero siempre se me adelantaba. Me pregunté, estúpidamente, si sería posible implantar mapas erógenos en los cerebros humanos. Agotamos el sofá, la cama y la mesa de la cocina, hasta que la vieja cafetera del vecino de arriba marcó nuestro último cigarrillo. Mis pensamientos escapaban bajo las sabanas de los rayos del sol. Estallaron las persianas y se acurrucó a mi lado, subrayándome, abrazado a mis senos doloridos. Formamos un improvisado 44. ¿Necesitaba ese número? Me di la vuelta y observe su mirada embelesada un segundo antes de acariciar el lóbulo de su oreja izquierda. Entonces lo encontré. Accioné tres veces el diminuto botón en forma de zigzag y Einar comenzó a encoger vertiginosamente hasta caber en la palma de mi mano. El número se había dividió entre once. Milagros de la nanotecnología.

Lo guardé en el cajón de la mesilla sin estar muy segura de qué hacer con él. Lo más probable es que nunca más volviera a utilizarlo. Seguidamente, me acosté sobre las sábanas revueltas, justo en el hueco en el que un momento antes habían descansado sus pies. Mi cabeza colgaba hacia atrás y la sangre se amontonó súbitamente en ella, como los tripulantes de un naufragio. ¿Dónde estaban las violetas?. Sentí como si me hubieran inyectado en su lugar una dosis masiva de aire. Recordé a Jökull, nuestras peleas y mi costumbre de escudarme en su nombre*. Entonces noté como una lágrima caliente caía desde mi lagrimal derecho a mi frente y después al suelo.



* Jökull significa hielo en islandés.

11 comentarios:

  1. Este incómodo relato nació esta semana. Como estoy metida en el mundo animalista, descubri que dos mujeres de diferentes ciudades, tras perder reciéntemente a sus mascotas, querían adoptar otra que fuera exactamente igual que la anterior: la misma raza, el mismo sexo, el mismo color. Me pareció lo más triste que había oido en mucho tiempo, además de una falta de sensibilidad hacia la difunta mascota. Es durisimo de asumir pero lo que se pierde, se pierde para siempre. Tras superar un duelo, yo no querría un animalillo que fuera un clón del anterior, sino uno totalmente distinto.
    Entonces pensé: ¿qué harían si perdieran a sus parejas? ¿Si pudieran tener acceso a un clon mejorado de esa persona que, por un motivo u otro, ya no está?. Estamos tan llenos de carencias que da miedo. Mucho miedo.

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  2. me ha parecido brutal. muy muy muy bueno. desorientado estaba en todo el relato sin saber a donde me iba a llevar.un final perfecto.

    me ha encantado lo de "Se acurrucó a mi lado subrayándome". me gusta cuando los cuerpos se convierten en páginas.


    creo que las pérdidas nos dejan agujeros de formas precisas y exactas. es natural pensar que para cubrirlos necesites algo de las mismas dimensiones. natural y equivocado. no somos un puzzle. somos más tierra en donde, en los agujeros,si hay suerte,sol y agua, crecen todo tipo de flores.

    bss

    j

    ps.me acuerdo lo que decía borges, que odiaba los espejos porque multiplicaban al ser humano.

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  3. Me ha encantado el texto, así como la reflexión posterior.

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  4. Me he acordado de la historia sobre los clones que escribí yo, el pasado sólo lo recuperamos con los recuerdos buenos, eso es de lo que debemos tirar todos para seguir y soportar como bien podamos.
    A esta historia le pega una canción de Sigur Ros de fondo:
    http://www.youtube.com/watch?v=4L_DQKCDgeM

    Me estoy bajanding ya tu recomendación, ya te contaré :)

    Kizzez mil!!!

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  5. buena pregunta..
    pero un clon mejorado?
    No, prefiero luchar por encontrar el verdadero arquetipo q mi corazon niega revelar


    relato perfecto, como siempre señorita
    =)

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  6. Wow. Me ha encantado, en todos sus elementos, Islandia de fondo, esos nombres, la aparente posibilidad de que alguien venga a curar las heridas, el que ese alguien sea un mecanismo plegable (aunque si le vino tan bien no sé por qué lo guarda, jeje) y el fondo de la historia.
    Igualmente, aunque las mujeres quieran un clon como tú dices, al igual que con las personas, no hay dos mascotas iguales.

    Besos :)

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  7. No me gustaría tener un clon de quien perdiste.Me suena frío,hiriente,triste y un parche demasiado frágil para soportar el dolor de la perdida.

    Abrazos desde algún tejado de Tokyo.

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  8. Dios qué final. Muy muy bueno. Hacía tiempo que no pasaba por aquí y ahora me arrepiento.

    Es cierto, da miedo pensar qué haríamos si perdiéramos algo de lo que tenemos. Pero perder a alguien y que exista la posibilidad de tener una copia da aún más miedo. Además, al fin y al cabo no sería más que eso: una copia. No sería lo mismo, no sería lo que hemos perdido. En ningún momento.

    Estoy de acuerdo completamente con lo que dice Mer y otros que aquí escriben,

    mua!

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  9. Uf Alhy. Sigues haciendo que me quede sin aliento. Me he reído con lo de "he tenido un ataque de risa de 7.5", debería haber un medidor de eso!!!!!!!!!!
    El 44 y el 11 no tiene nombre. Muy bueno.
    Y tu reflexión dá para pensar.
    Cuántas veces no hemos pretendido "sustituir" cariños?
    Lo mejor sería quedarse con los buenos momentos y rescatarlos de vez en cuando... para que siempre permanezcan vivos de alguna manera.
    Me ha encantado.
    Besos!

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  10. A mi cada día que pasa me da mas miedo las carencias que tenemos por mucho que queramos negarlo, pero cuanto antes lo admitamos mejor, porque al menos habremos dado un paso para nuestra "recuperacion".

    COmo bien has dicho es enfermizo buscar a alguien igual. que te puede reportar eso, mas que dolor y mas dolor... y no solo para uno mismo, sino para la persona con la que estas al que arrastras irremediablemente hacia ese pozo en el que estas.. y lo peor de todo es que creo que vamos de mal en peor.

    kissesss

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In cyberspace, everybody can hear you dream...

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